Antes de Navidad nos llamó un hombre para preguntarnos si podíamos hacer una sombrerera para regalarle a su chica. Le dijimos que sí, pero que se pasara por el taller para concretar los detalles sobre cómo quería que fuese. Vino y le explicamos las posibilidades, el tipo de piel que podíamos usar, de qué colores… quedó todo bastante claro, así que una vez ultimado el encargo, el hombre se fue tan contento.
A los pocos días llegó una mujer al taller con otro encargo peculiar: quería un estuche de piel con capacidad para diez estilográficas. Sabía que quería algo muy especial, aunque nos pidió asesoramiento y nos dio bastante libertad para realizar el que sería un regalo especial de Navidad para su marido. Sobre la marcha cambiamos un poco el modelo y al final quedó un estuche chulísimo que la mujer se llevó muy satisfecha.
Después de Reyes nos llegó un email de la mujer diciéndonos: “a mi marido le ha encantado la funda para las estilográficas…. ¡y a mi la sombrerera!”
No podíamos creérnoslo: ¡ambos nos habían encargado sus regalos mutuos sin saberlo! Desde luego, eso es una pareja en sintonía 😉
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