Nuestras sandalias nido están hechas con esparto y cuero. Son cómodas, resistentes y están hechas a mano con mucho mimo de principio a fin.

Nos encantan nuestras sandalias nuevas, y queremos contaros el proceso para llegar a ellas.

Todo empezó con un alumno que nos regaló unas auténticas  espardeñas

Al probarlas descubrimos otro mundo en nuestro pie. No hemos utilizado ninguna suela tan cómoda. Cierto es que el esparto, no confundirlo con el yute, puede resultar áspero si no tienes el pie curtido. Entonces nuestras cabecitas se pusieron a pensar en fusionar el esparto con el cuero.

Hicimos un curso de calzado calzado vegetal con Carlos Fontales, que si no lo conocéis, os recomendamos mucho, ya que es un experto en fibras vegetales y ha hecho un trabajo muy valioso e interesante de investigación de la cestería y fibras vegetales.

Jugando y jugando para ver cómo integrarlos, nos topamos con los nidos de los pájaros y ahí empezó a emocionarnos mucho. Porque un nido es el hogar de los pájaros y eso es lo que nos gustaría que fuesen nuestros zapatos, un lugar habitable para tus pies.

Pensamos en cómo los pájaros crean sus nidos entrelazando fibras vegetales, igual que se hace al trabajar el esparto y también el cuero, que se trenza y se entrelaza.

La primera prueba fue muy fiel a la aparente manera caótica en que los pájaros tejen los nidos y nos gustó mucho, pero eso era temerario y complicado llevar al calzado porque resultaban diferentes y no todas prácticas.

 

Así que seguimos buscando la manera… Y fueron unos cuantos modelos hasta llegar al definitivo.

 

Pero había que darle una vuelta más, no nos convencía el acabado de los cantos, queríamos que el esparto envolviese al cuero, como el nido envuelve al pájaro. Y el resultado nos maravilla, a nosotros y a nuestros pies, que desde que las están usando no quieren otra cosa.

El cuero ya nos tenía enganchados pero cuidado con el esparto! Nos tiene maravillados. Trabajar con fibras vegetales es algo mágico. Coger un manojo de hierbas y crear algo resistente es pura magia. Su historia, como la del cuero, es ancestral; sus usos, como los del cuero, es pura diversidad. Lo traemos de Murcia y seguimos investigando que utilizaban antes en el centro de la península, porque antes se usaba lo que se tenía a mano, así nació la artesanía y eso queremos conseguir, obtener los materiales más cercanos posibles. Como somos de pueblo, una de Ávila y otro de Segovia, tenemos la suerte de poder preguntar a los pocos mayores que quedan con estos conocimientos y sí, no era esparto lo que usaban, era berceo, una gramínea prima del esparto que prefiere vivir a más de 900m de altitud. Lo tenemos claro, próxima reto: el berceo.