[image_with_animation image_url=”7776″ alignment=”” animation=”Fade In” border_radius=”none” box_shadow=”none” max_width=”100%”]Para un buen diseño de zapatos, no es simplemente dibujar sobre un papel el zapato de tus sueños. Se requieren unos cuantos conocimientos previos para llegar al objetivo final, llevar unos zapatos hechos por uno mismo.

Esto no quiere decir que la empresa sea tan grande y dificultosa que no consigamos con solo un puñado de conocimientos y unas cuantas herramientas obtener un buen resultado. En cualquier curso de diseño de zapatos nos enseñarán unas cuantas cosas imprescindibles para la elaboración de zapatos, sin embargo, tener una visión global de todo el proceso es imprescindible, así como entender que no es necesario tener maquinaria para desarrollarlo.

El primer paso antes de ponernos a diseñar zapatos es saber una serie de conceptos que van a influir en el proceso, de esta forma tendremos una visión global y no daremos pasos en falso. Previo a la elección del modelo, función y estilo. Deberíamos conocer como es nuestro pie (o el de la persona a la que vamos a elaborar el calzado). Tenemos un pie largo y estrecho, un pie corto y ancho, tiene alguna deformidad (“juanetes”, “dedos en garra”…). Este conocimiento del pie nos dará las pautas para elegir no solo la horma, sino también el tipo de zapato que mejor nos viene. Por tanto esto condicionará también nuestro diseño.

Hormas para calzado. Las hormas no son más, ni menos, que un molde. Una vez retirada su hueco lo ocupará nuestro pie. Por lo tanto elegir bien la horma va a determinar que nuestro calzado sea el adecuado o no.

En primer lugar tendremos que tener en cuenta la longitud de nuestro pie, la cual es bastante estándar para toda la población. En este punto será importante saber no solo el tipo de calzado que vamos a realizar, sino también como lo vamos a desarrollar. Por ejemplo no es lo mismo la longitud de horma para un zapato de invierno que queremos que aísle todo el pie, a una sandalia de tiras. Para un zapato de inverno necesitaremos una horma con mayor longitud que nuestro pie y para un sandalia abierta probablemente necesitaremos una horma que se ciña a la longitud de nuestro pie.

En segundo lugar, debemos conocer, nuestros anchos. A diferencia de la longitud, los anchos de nuestros pies son más difíciles de estandarizar, por lo que tener la capacidad de saber modificarlos en la horma nos permitirá utilizar casi cualquier tipo de horma. Es por tanto importante conocer como modificar hormas, ya que esto nos permitirá adaptar las hormas a posibles deformidades.

La siguiente pregunta que nos haremos será: Qué vamos a hacer una zapato, una bota, una sandalia?. Hay hormas especiales para sandalias, las cuales por ejemplo tienen la hendidura para la esclava, o con menor altura en los dedos. U hormas para zapatos con salida hacia adentro, para permitir que ciña bien el zapato a la altura del talón. U hormas para botas, las cuales dan salida a la caña. También hormas con mayor longitud en la Lupe (zona de entrada del pie) para botas tipo campera. También como no, preguntarnos sobre el estilo de calzado, será un calzado pico de pato?, en punta?, tipo de tacón?, etc.

Otra cuestión será a la hora de elegir la horma, es el proceso de elaboración que vamos a llevar, por ejemplo, remataremos el zapato con clavos (zapato de baile flamenco) y por lo tanto necesitaremos hormas con chapas en la planta?.

Por lo tanto vemos que hay una serie de preguntas que tendremos que hacernos simplemente en el proceso de elección de la horma para asegurarnos conseguir nuestro objetivo.

En artículos posteriores os seguiremos explicando más aspectos que debemos tener en cuenta en nuestro diseño.[image_with_animation image_url=”7963″ alignment=”” animation=”Fade In” border_radius=”none” box_shadow=”none” max_width=”100%”]